“Las bienaventuranzas” son un texto difícil de entender. Nos dice Fray Marcos:
“Es completamente absurdo decirle al pobre, al que pasa hambre, al que llora, al perseguido: ¡qué suerte tienes! ¡Enhorabuena!.
Intentar explicarlas racionalmente, es una quimera, porque su dinámica está más allá de toda lógica. Se trata sin duda del mensaje más original y provocativo de todo el evangelio”