El pasado 29 de octubre murió el Padre Ignacio Larrañaga (franciscano capuchino).
Él mismo escribía:
«Si la muerte está llamando a la puerta, nada se consigue con resistir: lo acertado es abrirle la puerta porque, de otra manera, te la va a derribar violentamente. Es locura pasar días y noches amargándose, presa de pavor: esa es la victoria de la muerte sobre el hombre.
¿Qué hacer? Reclinar la cabeza en sus manos, abandonar toda resistencia, cerrar la mente y la boca, extender a Dios un cheque en blanco, diciéndole: cuando quieras, como quieras, llévame».
Ignacio Larrañaga. Ofrenda de Amor. Las fuerzas de la Decadencia